martes, 31 de mayo de 2016

Consejos para hacer el Camino de Santiago - Parte 3

El peso de la mochila. El peso de la mochila es, a una parte de la preparación física, el aspecto más esencial a tener muy presente ya antes de partir. Es preciso reducirlo al mínimo posible, procurando que no supere el diez por ciento o bien doce por ciento de nuestro peso anatómico. En ningún caso debe sobrepasar los diez kilogramos, incluyendo el peso del agua. Pese a que todos y cada uno de los libros y guías del Camino advierten de este hecho, muchos son los peregrinos que deben facturar a casa una parte del material, en ciertos casos tras haber recorrido solo una o bien 2 etapas. Por ende, debe evitarse llevar nada 'por si a caso'. Además de esto, durante el Camino encontraremos todo género de establecimientos donde poder adquirir, en un instante dado, aquello que nos resulte preciso. Este punto es muy importante, conozco casos de compañeros profesionales electricistas madrid que se cargaron demasiado e iban con ''la lengua fuera''

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Vehículo de apoyo. Salvo en el presunto de un obstáculo físico esencial, es superfluo y desaconsejable contar con de un turismo para transportar las mochilas. El primordial motivo es que limita la libertad de decidir en todos y cada instante dónde hacer noche, y la libertad de ir haciendo las cosas conforme vayan brotando sin depender de unos condicionantes que no forman una parte del propio Camino. Además de esto, el cuerpo se habitúa en poquitos días a caminar con el peso de la mochila y, si este no es excesivo, no supone un esmero demasiado superior al de caminar sin este peso. Como resulta lógico, en la mayor parte de los cobijes se da prioridad de plaza a los que van a pie o bien en bici con respecto a los que llevan vehículo de apoyo.

La señalización. Todo el recorrido está señalado con flechas amarillas. En ocasiones se agrega otra simbología conforme la comunidad autónoma o bien provincia. Así, es poco usual perderse, y todavía menos en el Camino Francés. De todas y cada una maneras, si esto ocurriese, solo es preciso un tanto de calma y paciencia hasta rencontrar el camino. Además de esto, en último extremo, siempre y en todo momento va a haber alguna carretera que nos deje llegar al siguiente pueblo.

Carga de la batería del móvil. En los cobijes no hay inconveniente en utilizar los enchufes libres para cargar la batería del móvil. Puesto que el número de enchufes acostumbra a ser mucho menor que el número de plazas, debemos hacer un empleo racional y no tener el móvil en carga más tiempo del preciso.

¿Es preciso adquirir una guía? Mas bien, sacrificándome en entregar una contestación objetiva afirmaré que para hacer el Camino Francés no es imprescindible; para cualquier otro Camino sí. Como todas y cada una de las contestaciones simples, se debe matizar.

Secar las botas. Si han quedado empapadas por la lluvia, un pequeño truco para secar las botas por la parte interior, cara a emprender el camino al día después, es poner múltiples hojas arrugadas de periódico bien apretadas. Tras unas 3 o bien 4 horas las sacamos y ponemos otras. Con 2 o bien 3 veces que repitamos esta operación va a ser suficiente a fin de que el papel absorba toda el agua y las botas nos queden bien secas.

¿Qué Camino escoger? El genuino Camino de la ciudad de Santiago, y el más leal a la esencia de las viejas peregrinaciones, es aquel que comienza en exactamente la misma puerta de nuestra casa. Mas está claro que actualmente, para bastantes personas, las obligaciones laborales y familiares limitan el número de días libres para caminar. Además de esto, los Caminos menos frecuentados acostumbran a presentar ciertas contrariedades importantes: falta de cobijes y de alojamientos, señalización parca, grandes distancias entre poblaciones, soledad, etcétera Así, para los más novatos no hay duda, el Camino más conveniente para una primera toma de contacto con el planeta peregrino es el Camino Francés. Este es el Camino más accesible, por la enorme cantidad de cobijes, alojamientos y servicios, por la poca distancia entre las poblaciones, por la buena señalización, por los abundantes peregrinos que encontraremos, etcétera Asimismo pues el Camino Francés es el más rico en monumentos, historia y cultura (así como el Camino de Le Puy). Para aquellos que ya hayan recorrido este Camino y, en consecuencia, tengan algo de experiencia, el número de otros Caminos interesantes para caminar es prácticamente ilimitado: el Camino Aragonés, el Camino del Norte, el Camino de la Plata, el Camino Catalán, etcétera. Yo por ejemplo, hice el Camino del Norte junto a un compañero de reparacion de electrodomesticos, y fue espectacular simplemente.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Consejos para hacer el Camino de Santiago - Parte 2

La nutrición. El gasto energético es muy superior al de la vida rutinaria y es preciso compensar esta pérdida con una buena nutrición. Lo más recomendable es comenzar el día con un buen desayuno, durante la etapa tomar comestibles ligeros y energéticos, y hacer el ágape más fuerte al final de día, una vez acabada la etapa y más descansados.
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La preparación física. El Camino de la ciudad de Santiago no es un camino exento de contrariedades. Es verdad que, de entrada, es viable para cualquier persona, tanto para aquellos que están habituados a caminar para aquellos que no lo están. De todas y cada una maneras, el los pies en el suelo no debe hacernos perder de vista que el ahínco que supone una peregrinación de esta clase precisa de unas condiciones físicas determinadas y que, por ende, es precisa una buena preparación anterior, con independencia del punto desde el que empecemos el Camino. Recorrer a pie cientos de km día a día no es trivial. La preparación física es entre los aspectos más esenciales para conseguir que la peregrinación sea un éxito. No solo para tener la satisfacción de haberla podido acabar, sino más bien asimismo para gozarla y, de esta forma, lograr que se transforme, probablemente, en entre las experiencias más gratificantes de nuestra vida (según nos cuenta nuestro compañero de trabajo de reparacion lavadoras). Una mala preparación, producto de la improvisación, puede obligarnos a desamparar o bien, lo que aún es peor, puede transformar cada etapa en un martirio. Indudablemente, la mejor forma de prepararnos es andando en condiciones afines con las que nos encontraremos. Por servirnos de un ejemplo, hacer excursiones por alguna zona de montaña que conozcamos bien, con exactamente el mismo calzado, vestimenta y mochila con que iniciaremos el Camino. Asimismo debemos cargar la mochila con el peso aproximado que pensamos llevar. Va a ser recomendable efectuar múltiples excursiones, durante las que vamos a ir acrecentando los km. De esta manera, aparte de ponernos en forma, vamos a poder determinar de qué forma reacciona nuestro cuerpo en estas circunstancias, y asimismo si el calzado es el conveniente, si el peso es excesivo, etcétera

Objetos de valor. A Dios gracias, los casos de hurtos en los cobijes son poquísimo usuales. De todas y cada una de las maneras, y en especial en los cobijes más grandes, es preciso tomar las elementales medidas de seguridad y no dejar olvidados los objetos de valor mientras que estamos, por poner un ejemplo, en la ducha o bien paseando por la población. Asimismo hay la posibilidad, en verdad la más usual, de dejarnos alguna cosa olvidada en ciertas múltiples paradas frecuentes durante una etapa (bajo un árbol, en un bar, etcétera). Y finalmente, asimismo debemos tomar en consideración que es bien difícil tratar de manera delicada el material complejo que transportamos en la mochila, como por servirnos de un ejemplo las cámaras fotográficas. Así, en conclusión, podemos aseverar que los objetos de valor o bien frágiles y los largos caminos a pie son poco compatibles. Además de esto, entre las gracias de los caminos a pie es hacerlos despreocupadamente, sin estar pendiente de si perdemos esto o bien se nos rompe aquello.

Los riesgos de la carretera. Toda vez que andemos por carretera o bien debamos cruzar una, debemos hacerlo con mucha cautela. Hay que tomar en consideración que el peso de la mochila y el cansancio difieren los movimientos en el caso de precisar una reacción veloz. Además de esto, siempre y en toda circunstancia debemos caminar por la izquierda para tener a la vista los turismos que circulan más cerca de nosotros, y hacerlo cuanto más distanciados de la calzada mejor. Por suerte, y de forma especial en el Camino Francés, hay pocos tramos de camino que transcurran por carreteras con tráfico, cuidado, puede ser peligroso, a un amigo que conozco fontanero, casi es atropellado por una moto.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Consejos para hacer el Camino de Santiago - Parte 1

La predisposición del material en la mochila. Lo más indicado va a ser ir poniendo el material en la mochila separado de forma funcional con bolsas de plástico (que no hagan estruendos para no incordiar a los compañeros de albergue), y poner las más pesadas en la parte inferior y más cercana a la espalda (para prosperar el punto de equilibrio). Asimismo nos resultará más cómodo contar con las cosas de tal modo que siempre y en toda circunstancia tengamos la cantimplora y la cámara fotográfica a mano; de esta forma no va a ser preciso descargar y cargar la mochila toda vez que deseemos tomar o bien hacer una foto.
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La unión de la mochila. Este es un factor esencial para eludir tanto la acumulación del cansancio como la excesiva carga en la espalda y los hombros. Para una adecuada unión, primero aflojamos al límite las cintas que se cuelgan a los hombros. Después desplazamos la cinta de la cintura a la altura del hueso de la cadera, teniendo presente que una vez bien apretada nos resulte posible tocar con los dedos el hueso sobre la cinta. Apretamos fuerte esta cinta de la cadera y ajustamos las cintas de los hombros sin tensarlas, de tal manera que podamos poner sin complejidad los dedos entre estas cintas y el cuerpo. Así logramos que la mayoría del peso de la mochila se cargue de forma directa sobre las piernas, liberando sensiblemente la espalda y los hombros. (Nos aconsejan técnicos de reparacion electrodomesticos profesionales en llevar herramienta en mochilas)

Las primeras etapas. Han de ser moderadas, tanto en distancia como en ritmo para ir habituando el cuerpo a la nueva vida itinerante. Hacer treinta y cinco ó cuarenta quilómetros el primero de los días es fácil; no lo va a ser tanto levantarnos al día después y reanudar la marcha. Por tanto, son estos cuatro ó cinco primeros días los más frágiles, y en los que es normal sufrir dolores musculares, en especial en las piernas, espalda y hombros.

La temporada del año. Cualquier temporada del año es buena para emprender el Camino. De todas y cada una maneras, los meses de abril, mayo, junio, septiembre y octubre son los más convenientes, puesto que la mayoría de los cobijes están abiertos y la climatología acostumbra a ser más conveniente. En el mes de julio y agosto el calor es intenso y no disponemos de aire acondicionado en los establecimientos en muchas ocasiones, ya sea porque no disponga del mismo o le haga falta una reparacion aire acondicionado, y asimismo es más usual, en el Camino Francés, localizar los cobijes llenos, en especial en Galicia. El invierno presenta ciertas contrariedades importantes: ciertos cobijes y otros servicios están cerrados, es preciso cargar con un buen saco y ropa más pesada, hay pocas horas de sol, ciertos cobijes no disponen de calefacción, y el tiempo es durísimo en ciertas zonas. No obstante, esta es la mejor temporada para quien busca soledad y reflexión.

viernes, 6 de mayo de 2016

¿Qué hacer en caso de incendio? Si no puedes salir

¿Y si no puedes salir de manera inmediata?
Si no puedes salir deprisa, por el hecho de que el fuego o bien el humo están bloqueando una vía de escape, deberás chillar para solicitar ayuda. Puedes hacerlo desde una ventana abierta o bien llamando al teléfono de urgencias (novecientos once en los EE.UU.), si dispones de un teléfono.

Si bien estés asustadísimo, jamás te ocultes bajo una cama ni en un guardarropa. A los bomberos les costaría mucho localizarte. Tienes que saber que los bomberos y otros adultos te procurarán para sacarte de casa sano y salvo. Lo antes posible te hallen, ya antes van a estar todos fuera.

Mientras, impide que el calor y el humo entren por la puerta tapando las rehendijas que haya a su alrededor con sábanas, mantas o bien ropa. Si hay una ventana en la habitación por la que es imposible salir, ábrela bien y mantente a su lado. Si puedes, toma un pedazo de lona o bien de toalla, y póntelo sobre la boca para no inspirar humo. Esto marcha aun mejor si lo mojas.
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Simulacros de incendio en tu casa
Está realmente bien charlar sobre el plan de urgencia, mas todavía está mejor ponerlo en práctica, como los simulacros de incendios que se hacen en la escuela. Hacer un simulacro de incendio en casa da al mundo entero la ocasión de ver la reacción de cada uno de ellos en una urgencia real. Se podría revisar la medida en que todo el planeta sale de casa deprisa y de una manera segura. Tu familia debería hacer este simulacro un par de veces por año. Asimismo va a ser un buen instante para rememorar a tus progenitores que cambien las baterías de las alarmas contra incendios.

Una buena regla a proseguir a lo largo de un simulacro de incendio en casa es revisar si todo el planeta puede salir de forma segura de la casa usando las vías de escape y encontrarse fuera y en exactamente el mismo sitio en un plazo máximo de tres minutos. Para hacerlo más desafiante, podrías probar ciertas alteraciones, como simular que la puerta primordial está bloqueada y no se puede emplear para salir por allá.

Si es un incendio de un electrodoméstico, apágalo y llama a un técnico de reparacion de electrodomesticos.

Medidas de seguridad
Si estás en una habitación con la puerta cerrada cuando se declare el incendio, deberás tomar varias medidas adicionales:


  • Verifica si entra calor o bien humo por las rehendijas de la puerta (para saber si hay fuego del otro lado).
  • Si ves que entra humo bajo la puerta, ¡no abras la puerta!
  • Si no ves humo, toca la puerta. Si quema o bien está muy caliente, ¡no abras la puerta!
  • Si no ves humo y la puerta no está caliente, toca cuidadosamente el pomo de la puerta. Si el pomo quema o bien está muy caliente, ¡no abras la puerta!
  • Si el pomo de la puerta está frío y no ves humo colándose por las rehendijas de la puerta, ábrela despacio y con mucho cuidado. Si, al abrir la puerta, sientes que una avalancha de calor o bien de humo entra en tu habitación, cierra la puerta velozmente y cerciórate de que está bien cerrada. Si no hay humo ni notas calor al abrir la puerta, dirígete cara la salida que figura en tu plan de evacuación.
Ayuda de redacción del equipo de reparacion de aire acondicionado.